Independientemente de las diversas connotaciones que tiene la palabra “intervención”, se puede apreciar un patrón que indica que ésta resulta una acción directa hacia un campo no propio; entiéndase, cuando una persona o grupo de personas han de realizar una acción o acciones dentro de un campo que naturalmente no es el suyo.
Por otro lado, cuando unimos “intervención” y “social” obtenemos un término que indica acciones personales en otro campo humano, obteniendo como culminación final diversos resultados; como puede ser el caso de un país interviniendo en la política de otro, o el del un grupo de personas que comparten un mismo objetivo y buscan encontrar aceptación en la sociedad.
Ahora bien, a lo largo de la historia humana el concepto de Intervención Social ha incrementado en complejidad; sobre todo al considerar que cada carácter e interés democrático o autocrático que motiv dicha intervención ha de ser distinto el uno del otro en mínimamente un aspecto.
Es la realidad; y es por ello que podemos encontrar diversos rubros de clasificación que buscan encontrar patrones en dichos caracteres e intereses de manera que en situaciones históricamente cambiantes sea posible implementar las mismas estrategias.
Actualmente la intervención social procede de dos vías principales: aquella que ejercen instituciones estatales sobre la sociedad, y la originada desde la población o grupos étnicos. De cualquier manera, debemos tomar en cuenta que no todas las intervenciones pueden ser consideradas positivas; diversos hechos han probado posibles situaciones en las que la intervención social resulta en un perjuicio. Entre ellas cabe mencionar la reincidente intervención manipuladora en los años 60 y 70 del siglo pasado, donde los intereses hegemónicos eran predominantes.
En síntesis, se ha de comprender que la intervención social resulta un arma de doble filo; aunque es verdad que puede beneficiar a diversos grupos, también puede de ser utilizada en contra de estos al mantener intereses ocultos o estrategias erróneas. Y como toda ciencia, resulta una acción de prueba y error que continuamente debe ser cuestionada y ratificada.